Misiones. Estocolmo
Misiones. Estocolmo. Por las calles de sus pueblos marcha el fluido blanco. Son delantales plenos de erotismo por el verdugo. Es único el grito de placer. De autoflagelacion. Es el goce pecaminoso por el látigo. Es la esencia de su carne salvaje. Quiero más. Dame más! Van los maestros por sus calles. Los policías en las esquinas se derriten de voyeurismo . Los médicos. Los empleados públicos. Hay una cópula con el poder. De arriba y de abajo. De adentro y de afuera. Me pagas poco! Dame más! Mienteme mientras me azotas! Quiero escapar de ti pero nadie como tú para decirme que vivo en el paraíso mientras sufro. Quiero el pan escaso y tu puñetazo en la cara. Me excita que me acaricies prometiendome un mañana a cuentagotas. Mi orgasmo es cuando me hablas de robótica. De cuántica. De inteligencia artificial. Me susurras esas cosas bonitas en la borrachera. Anulas mi mente. Adoro cuando me vendas los ojos. Me desbordan tus fábulas. Quiero estirarme en tus sábanas abr...