ABLACIÓN E IMPLANTE

Que nadie te saque el alma.
¿ Quién es el dueño del latido y de la luz ?
¿ Quién de la penumbra de la especie humana ?
¿ Quién explicará a última hora,
el oscurantismo de la ciencia
y la legitimación de sus deidades tecnológicas?
No hay medida ni soledad que angustie
ni ablación que descarne.
Canta en la mudez de la impotencia,
lucha con la memoria del espíritu
en tu lecho de ausencia comatosa.
Canta en la cenicienta sombra de la esfinge.
Canta a pesar de los que claman a Dios por vos.
Renueva tus alas
contra las marciales ejecuciones hospitalarias.
Sueña con volver
aunque te duelan los jirones de tu cuerpo.
¿ Quién asegura que tu tiempo ha terminado
y tiene el derecho a una sentencia firme ?
No claudiques el alma, no te mueras por dentro,
no te vayas ahora que las voces condenan.
No dejes que partan en mil pedazos
tu anhelo de retornar a los huesos,
a tus ojos hundidos, a tu boca tapada.
No desangres una herida sin corte.
Hay un ser que entibia tus manos,
un guardián que espera la orden misionera,
la compasión o la plegaria,
la crucifixión deliberada
o la resurrección de la carne.
El volver por tus sandalias en el camino inconcluso.
Allá abajo, allí afuera,
Confunde como si fuera una música de los cielos,
la vieja y lastimera melodía
de los ángeles carroñeros que habitan en la Tierra.

Comentarios

Entradas populares