Lágrimas secas



Nadie sabe las primaveras que cantaran los pájaros.

Nadie pregunta por el secreto de sus trinos. 

Y así paso como esa bella flor del lapacho,

iluminando el cielo con su contraste rosa. 

Pienso el contorno de su rostro,  

y esa mirada lateral a un futuro incierto.

Recuerdo su intensidad, su risotada

retumbando en los rincones. 

La tierra colorada absorbió su sangre

y derritió sus sueños de un pequeño amor.

Este suelo descarnado, insolente

no merece sus huesos cristalinos. 

No sin la luz de mañanas nuevas,

no sin el dedo de Dios pellizcando su nariz.

Para qué tanta fe derramada en llanto

si la respuesta llegó con las lágrimas secas. 


Alcides Cruz

Garupá - Misiones

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