PALABRAS DE RADIO - La Perra
La vi buscando un rincón donde parir. Como preparando un sencillo plan maestro. Cuando cambio la luna de cuarto menguante para cuarto creciente, en el fondo de la casa se escucharon de repente, en la penumbra, los diminutos ladridos de los cachorros.
Casi a la intemperie, como fue su vida callejera siempre, trajo la cuarta lechigada de otras vidas perrunas, de perros diversos, de razas indescifrables.
Pero la vi a los ojos, y con una mirada dulcificada me hizo entender, que su máxima gloria eran esos cachorros que peleaban por arrimar el hocico a cada una de sus tetas.
Cuando tome un cachorro entre mis manos para saber si era hembra o macho, me salto para decirme; damelo que es mio…o todavía no que es muy frágil.
No se si en el fondo es lo que no dicen los perros o es…lo que queremos entender que nos dicen.
Ahí están esos cachorros que voraces se comen a la madre. Y la madre se deja comer sin medida. Apenas se levanta para saciar su hambre a medias, tomar un poco de agua y seguir acunando la vida, con una responsabilidad instintiva, conectada a las leyes del Universo, en su misión de hembra.
Y cuando pienso en el estúpido lenguaje televisivo, en la tinelizacion de la sensibilidad y los sentidos a la que se someten miles y miles de personas manipuladas arteramente…miro a mi perra callejera…y digo: como perrea mi perra…mi perra se hace la perra porque es perra…ojala las perras de las televisión sean como mi perra.
Casi a la intemperie, como fue su vida callejera siempre, trajo la cuarta lechigada de otras vidas perrunas, de perros diversos, de razas indescifrables.
Pero la vi a los ojos, y con una mirada dulcificada me hizo entender, que su máxima gloria eran esos cachorros que peleaban por arrimar el hocico a cada una de sus tetas.
Cuando tome un cachorro entre mis manos para saber si era hembra o macho, me salto para decirme; damelo que es mio…o todavía no que es muy frágil.
No se si en el fondo es lo que no dicen los perros o es…lo que queremos entender que nos dicen.
Ahí están esos cachorros que voraces se comen a la madre. Y la madre se deja comer sin medida. Apenas se levanta para saciar su hambre a medias, tomar un poco de agua y seguir acunando la vida, con una responsabilidad instintiva, conectada a las leyes del Universo, en su misión de hembra.
Y cuando pienso en el estúpido lenguaje televisivo, en la tinelizacion de la sensibilidad y los sentidos a la que se someten miles y miles de personas manipuladas arteramente…miro a mi perra callejera…y digo: como perrea mi perra…mi perra se hace la perra porque es perra…ojala las perras de las televisión sean como mi perra.
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